19 de marzo de 2014

Druuna




































































Paolo Eleuteri Serpieri, veneciano nacido en 1944, se formó como pintor y arquitecto bajo la protección de Renato Guttuso. Fue pintor, escultor y profesor de arte en la Universidad de Roma hasta el año 1975, cuando comenzó a colaborar como dibujante de historietas en la revista Lanciostory de Eura Editoriale.

En sus inicios en el cómic se caracterizó por sus obras ambientadas en el Oeste americano, en los que mostró su estilo naturalista, muy documentado. Ilustró para el sello francés Larousse en 1980 la Historie du Far West, con el escritor Raffaele Ambrosio, y en ese mismo año el magnífico álbum L´indiana bianca. En estos primeros años ochenta también dibujó el libro L´uomo di medicina y participó en el proyecto francés (aunque publicado en todo el mundo) Découvrir la Bible. Toda esta primera obra, a la que se unen sus colaboraciones en las revistas italianas L´Eternauta, Il fumetto y Orient Express(mayormente inéditas en España), le han valido el reconocimiento internacional.

Su mayor popularidad se produjo, sin embargo, en el cómic erótico, desde que en 1985 creara la historia de ciencia ficciónMorvus Gravis, protagonizada por la ebúrnea Druuna, serie de ambientación apocalíptica en el que el tremendismo y el erotismo se dan la mano para apoderarse de un relato tan retorcido como cruel. La gran capacidad del autor para el dibujo de la figura femenina, muy morbosa, hizo que los álbumes protagonizados por Druuna hayan sido traducidos a veinte idiomas y el propio Serpiri colaboró en el diseño de un videojuego inspirado en ella. En 1995, recibió el premio Harvey a la mejor obra extranjera.

Aparte de los álbumes de la serie Morvus Gravis o los libros de ilustración inspirados en ella, trabajó con Robert Lafont en la historieta Les enfers, en 2007.


Druuna
Serie de enrevesadas historias, con un empaque formal espléndido, obra del veneciano Paolo Eleuteri Serpieri, y enfocadas como un dualismo aberrante entre lo bello, personificado por la sensual protagonista Druuna, y lo deforme, monstruoso o mutagénico, representado en gran parte por los personajes secundarios, que se mueven en un caótico y podrido mundo claustrofóbico.
Druuna queda como un cómic visual, con una prodigiosa técnica de dibujo, y que salvo las dos primeras entregas, no plantea un relato estructurado, y aun así no está lo suficientemente resuelto. Debido a su gran visualidad dispone de un impecable sitio web, con una galería de imágenes francamente afortunada, pero muy escasa de contenido informativo. Su éxito ha propiciado un “merchandising” notable, a base de videojuegos, postales, naipes, y sobre todo fabulosos libros de ilustraciones de alto contenido erótico, adornados con unos textos tan escasos como ridículos. 

La honradez de Serpieri y su paso por la historia de los cómics se ha manifestado en el fetichismo glúteo exhibido ante su protagonista, que da magníficos resultados en sus libros de ilustraciones, pero del todo insuficientes a la hora de relatar una historia en arte secuencial. Paolo Eleuteri Serpieri necesita de un guionista para que su obra merezca entrar en el cómic de calidad. Imaginemos su arte erótico y fetichista al servicio de una historia de Cothias, Dufaux, Van Hamme o incluso de los textos de guionistas yanquis como Moench, Kevin Smith o el británico Garth Ennis. Una historia con protagonista femenina en exteriores iluminados e interiores barrocos, y con un tema en donde lo pasional, lo erótico, el sudor o las secreciones, manen y brillen, pero sobre todo enmarquen la desnudez de una protagonista con un culo como el de Druuna.

En definitiva un sueño fetichista y carnal.