Cuando se unen los términos “Arte” y “Automóvil Clásico”, siempre aparece –o debería aparecer- el nombre de Bugatti. Desde sus inicios en los albores del siglo XX hasta la Segunda Guerra Mundial, Bugatti representó el cénit del diseño industrial, creando modelos como el inmortal Tipo 57 SC, que aún hoy es considerado como uno de los automóviles más bellos – si no el más bello- jamás creado. Pero ningún modelo resulta tan fascinante como el supremo Tipo 41, conocido como el “Royale”, el automóvil de los reyes, concebido como la máxima expresión del automóvil en una doble vertiente: la mecánica, con un inmenso motor de 13 litros de cilindrada y 300CV de potencia máxima a escasas 1,700 revoluciones por minuto, y la artística, encargando la carrocería de los modelos a muchos de los mejores diseñadores de la época.
Seis ejemplares de este monumento rodante han llegado hasta nuestros días, además de un séptimo ejemplar reconstruido a partir del chasis del modelo original destruido.
El ornamento característico de los Royales, un elefante de plata situado en la tapa del motor.
Bugatti Royale Coupe Napoleon por Ettore Bugatti (1930)
Chasis 41.100 – Realizado a partir del chasis del prototipo original (hoy destruido), el Coupe Napoleon diseñado por el propio Ettore Bugatti abrió el camino a los posteriores Royales –en especial al realizado por Binder- con su espectacular carrocería con habitáculo dividido. Este ejemplar se conserva hoy en el Musee National de l'Automobile en Mulhouse, Francia, junto con otros dos modelos.
Bugatti Royale Roadster “Esders” por Jean Bugatti (1931)
Chasis 41.111 – Se considera uno de los grandes diseños del prodigioso y malogrado Jean Bugatti, pero más por la dificultad de envolver el monstruoso chasis y motor del Royale con una carrocería roadster que por la estética del modelo, que resulta menos fascinante que la de los cupés. El modelo fue destruido y reconstruido a partir del chasis original, por lo que no se le considera uno de los seis “originales”. A pesar de ello, es una de las estrellas del Musee National de l'Automobile en Mulhouse, Francia.
Bugatti Royale Cabrio por Ludwig Weinberger (1933)
Chasis 41.121 – Uno de los Royales más atractivos fue este bello cabriolet “vestido” por el carrocero de Munich Ludwig Weinberger. Originalmente pintado de negro y amarillo –una de las combinaciones cromáticas típicas de Bugatti- el modelo fue vendido al alemán Joseph Fuchs, quien tuvo que trasladarse a Nueva York debido al auge del nazismo en Alemania. El coche fue prácticamente destruido, pero Charles Chayne, quien luego trabajaría para la General Motors, lo adquirió a precio de saldo y lo restauró, añadiendo una serie de cambios en su aspecto, siendo el más notable una nueva pintura blanca que aún se conserva hoy. El automóvil fue donado al Museo Henry Ford, donde se expone hoy en día.
Bugatti Royale Coupe por Kellner (1931)
Chasis 41.141 – Quizás el más elegante y armonioso de todos los Royales, el bello Coupe carrozado por la firma francesa Kellner fue el modelo escogido por Bugatti para representar a los Royales en el Olympia Show de 1932. Además, este ejemplar fue durante años el automóvil más caro del mundo, al venderse por 8,7 millones de dólares en 1987.
Bugatti Royale Coupe de Ville por Binder (1931)
Chasis 41.111 – Posiblemente el más famoso de todos los Royales, el Coupe diseñado por el carrocero francés Henri Binder retomaba el concepto del “Napoleón”, pero con unas líneas más armoniosas y atractivas. Este modelo, estrella en el concurso de elegancia de Pebble Beach, forma parte hoy de la colección del grupo Volkswagen, quien adquirió el modelo en 1999 por una cifra sin confirmar, pero que se rumorea superior a los 15 millones de dólares, cifra elevada si se tiene en cuenta que ese era el precio mínimo que esta obra maestra tenía en la subasta de Barrett-Jackson en 1996, donde no encontró comprador.
Bugatti Royale Limousine por Park Ward (1933)
Chasis 41.131 – Acostumbrada a carrozar las grandes berlinas de Rolls Royce y Bentley, la firma británica Park Ward dejó su sello en esta berlina de aspecto serio y señorial, muy alejada del carácter deportivo de sus predecesores de dos puertas, apariencia reforzada por la presencia –única entre todos los Royales- de dos ruedas de repuesto en los laterales del vehículo. Hoy en día el modelo se expone en el Musee National de l'Automobile en Mulhouse, Francia, cuna de todos los Bugattis originales.
Bugatti Royale Berline de Voyage por Ettore Bugatti (1930)
Chasis 41.150 – Diseñada por el propio Bugatti, las líneas de esta berlina son extrañamente tradicionales, en especial si se comparan con los otros seis modelos, lo que quizás se explique por el hecho de que, a pesar del número de su chasis, sea el primer Royale carrozado, exceptuando el prototipo perdido. Este automóvil perteneció durante años a la colección Harrah, y hoy en día está en manos de un coleccionista particular de Corea.