31 de enero de 2016

Nicolas Poussin


(Villers, Francia, 1594-Roma, 1665) Pintor francés que trabajó principalmente en Roma. Se interesó por la pintura a raíz de la estancia del pintor Quentin Varin en su pueblo natal. Después de establecerse en París en 1612, frecuentó el taller de G. Lallemand y estudió con particular interés las obras renacentistas y de la Antigüedad clásica, que conoció a través de grabados o de las colecciones reales. Sus primeros encargos fueron unas pinturas para el palacio del Luxemburgo y las ilustraciones de las Metamorfosis de Ovidio que realizó para el poeta italiano Marino.

En 1623 marchó a Roma, pasando por Venecia. Gracias a su amigo Marino, en Roma no le faltaron mecenas y pronto recibió algunos encargos, pero eran obras que no respondían a sus intereses y en las que consiguió resultados poco destacables. La única excepción la constituye La inspiración del poeta, donde resultan evidentes su admiración por la pintura renacentista y el colorido veneciano.

Alejado de la pintura de 1629 a 1630 a causa de una grave enfermedad, cuando se recuperó dejó de preocuparse por los encargos públicos y dio rienda suelta a su pasión por la Antigüedad en una serie de obras de tema mitológico tratadas de forma melancólica e idílica. Son estas obras las que mejor atestiguan su originalidad, su carácter de creador genial.

Con ellas consiguió el éxito que se le había negado hasta entonces y fue solicitado en París, adonde regresó en 1640, para emigrar de nuevo a Roma en 1642 al no adaptarse al tipo de trabajos que se le confiaron en la capital francesa. En ésta había conocido a una burguesía ilustrada, de la que recibió en lo sucesivo los encargos más importantes, como la serie de pinturas sobre los Siete sacramentos o sobre Las cuatro estaciones. A su muerte se le consideraba ya el pintor francés más importante del siglo XVII.