6 de abril de 2014

Goyo Domínguez























 











































Gregorio Domínguez, Goyo, nació en 1960 en Fuentecén (Burgos). Estudió con los Hermanos Maristas y perteneció a esta congregación durante unos años. Licenciado en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid y becado por el Departamento de Paisaje de la misma facultad, su obra ha sido expuesta desde los años noventa en distintas Galerías de Arte de España y del extranjero. Parte de su obra está expuesta en el Museo del Ulster de Irlanda en Dublín. Ha recibido varios premios, entre ellos la Primera Medalla Salón de Otoño (Madrid) en 1994 y el Premio Chicharro de la Asociación Española de Pintores y Escultores de Madrid. Pero, sin duda, Goyo es popular por un número muy significativo de obras religiosas. Famosísimo es su Cristo de la barca, cuya reproducción es difícil no encontrar en parroquias y casas religiosas. En su haber tiene varios retratos de Cristo y María así como de fundadores de Familias religiosas.

En cuanto a su pintura podemos decir que Goyo está dotado de un especial irtuosismo para los retratos. En este sentido, es heredero de la técnica de los renacentistas, sobre todo de los nórdicos. Sin embargo, sus retratos son poderosos precisamente por la intensidad optimista que imprime en los rostros. Tiende a la idealización, no solo en suestilo, sino también en sus temas. La mirada de sus bellísimos rostros busca siempre al espectador para transmitir a ravés de esa belleza ideal, esa otra belleza del alma que en su pincel reside. Sin duda, es un pintor que comunica una pasión por la vida y una amabilidad que trasciende lo meramente humano, incluso en sus pinturas no religiosas.

En sus últimas obras se pueden observar nuevas experimentaciones, influencias del 
arte informalista y el expresionismo abstracto, que hacen de él un pintor en constante búsqueda y crecimiento.