(Cateau Cambrésis, 1869 - Niza, 1954) Pintor francés, máximo representante del fauvismo. El 20 de marzo de 1906 se inauguraba en los grandes invernaderos de Cours-la-Reine, en París, una nueva edición del Salón de la Sociedad de Artistas Independientes. Aquella exposición supuso el primer gran éxito de Matisse y su consagración como pintor y como cabeza visible de un nuevo movimiento. Los lienzos del artista causaron sensación: de gesto espontáneo y color puro, su obra daba las pautas de un estilo nuevo, lleno de vigor expresivo y que se negaba a ser una mera imitación de la naturaleza. Destacaba entre sus pinturas la ensoñación simbolista Lujo, calma y voluptuosidad, cuadro adquirido por el también pintor francés Paul Signac, y cuyas gruesas y cortas pinceladas de intenso color recuerdan precisamente la técnica divisionista propia del mismo Signac; la tela estaba inspirada en los cuadros del que había sido uno de los maestros de Matisse, Gustave Moreau.
Junto a los demás expositores, Matisse formaba parte de un movimiento pictórico bautizado como fauves (fieras). El nombre del movimiento se debe a Louis Vauxcelles, que en una de sus críticas al Salón de Otoño de 1905 había definido una escultura de Albert Marquet como "Donatello entre las fieras". La reacción de los fauvistas fue la más violenta que se produce contra el arte académico desde los impresionistas. Influidos por Gauguin y Van Gogh, concibieron los cuadros de un modo muy distinto del tradicional, tal como hicieron ya los impresionistas. Mediante el empleo agresivo de los colores puros querían poner de manifiesto que la superficie de tela impregnada de pintura es una realidad autónoma e independiente.
Henri Matisse cursó estudios de jurisprudencia entre 1887 y 1888 en la Universidad de París, que se vieron interrumpidos por una larga y grave enfermedad que lo retuvo en cama hacia 1890. Durante su convalecencia empezó a pintar, y en 1891, ya recuperado, venció la oposición de sus padres y abandonó la carrera de leyes para entrar en la Escuela Julian, donde se formó bajo la dirección de Bouguereau. En 1892 ingresó en el estudio de Gustave Moreau, en la Escuela de Bellas Artes, en el que permanecería cinco años y donde conoció a Rouault y a Manguin. Asistió también a los cursos nocturnos de la Escuela de Artes Decorativas, en la que entabló amistad con Marquet.
En 1898 viajó a Londres, animado por Pissarro, y descubrió la obra de Joseph Turner. Las obras producidas durante esos años, en los que interesó vivamente por la pintura impresionista, son las conocidas como protofauvistas, por la riqueza de su colorido y el grueso empaste; son fundamentalmente paisajes. De vuelta a París, asiste durante algunos meses a las clases de Carrière, en cuyo taller conoce a Derain y a Puy. Son años de apertura a nuevos horizontes: descubre en estos momentos a Cézanne (le compra a Vollard las Tres Bañistas), expone en el Salón de los Independientes de 1901 y conoce a Maurice de Vlaminck. Matisse reconoció la obra de Vlaminck y Derain como cercana a la suya y en 1903 participó en el Salón de Otoño junto a Camoin, Derain y Manguin. En Lujo, calma y voluptuosidad, cuadro que sería adquirido por Paul Signac, mostró su interés por las teorías y técnicas del divisionismo, que muy pronto abandonaría en favor de la exaltación del color y del sentimiento propios del fauvismo.
Lujo, calma y voluptuosidad (1904)
Su obra Madame Matisse (tambien llamada Retrato de la raya verde) causó, a pesar de sus reducidas dimensiones, un gran impacto en el Salón de 1905 por la sabia saturación de los colores chillones. Matisse utilizó aquí el color en todas sus posibilidades expresivas. En 1906 expuso de nuevo con el grupo de los Fauves (Manguin, Marquet, Puy, Derain, Van Dongen, Rouault) en el Salón de Otoño y realizó su primer viaje a África, donde le impresionaron los trabajos de arte popular, sobre todo los tejidos y las cerámicas. De ese año es su Naturaleza muerta con tapete rojo. En 1907, por medio de Gertrud Stein, conoció al español Pablo Picasso y realizó su primer viaje a Italia.
En 1908, ilusionado por transmitir sus ideas a los artistas más jóvenes, abrió una academia que sólo mantendría hasta 1911 y realizó su primera exposición individual en Nueva York, en la galería de Alfred Stieglitz. También en 1908 pintó su famosa obra Armonía en rojo. También conocido como Mesa de postres, Mesa servida o La habitación roja, el lienzo presenta un comedor burgués con una mesa en la que una camarera ultima los detalles previos de un ágape. El pintor ya había realizado una obra sobre el mismo tema una década antes, pero con resultados muy diferentes.
Alejada de composiciones convencionales, Armonía en rojo, que debe su título al color imperante en la escena, ofrece un aspecto más cercano al decorativismo de los tapices. El interés por la perspectiva y la sensación de realidad han dado paso a una imagen plana, colmada de arabescos orientalizantes; el interior está decorado con un arabesco que se refleja en las formas del paisaje visto a través de la ventana. Sin embargo, la mesa (que se confunde al fusionarse cromáticamente con la pared) conserva los mismos fruteros e idénticas botellas de obras anteriores. Esta escena doméstica, alegremente intimista, es uno de los iconos más difundidos del fauvismo.
Armonía en rojo (1908)
En 1909 recibe del coleccionista ruso Schukin el encargo de pintar dos grandes paneles: La danza y La música. La primera versión de La danza (1909) preanuncia el que sería su gran trabajo ya en plena madurez (los grandes murales del mismo título realizados hacia 1932-33) y puede ser interpretada como una demostración anticubista de cómo las figuras pueden unirse a través del arabesco y de los intensos contrastes de color contra el fondo abstracto. Las fuentes de este mural son variadas, desde las figuras de los vasos griegos a las imágenes greco-romanas de las Tres Gracias. Los colores puros y llamativos de tonos oscuros cubren las zonas nítidamente dibujadas, aspecto este último que Matisse toma de la pintura de Cézanne.
La composición posee un ritmo vivo, al servicio del cual se han deformado artificiosamente las figuras, se ha sacrificado la descripción espacial y se han reducido a tres los colores presentes. A pesar de su inequívoco figurativismo, la imagen parece querer desprenderse de todo aquello que juzga superfluo para la representación del movimiento. Los cinco personajes representados forman, según Matisse, "un corro que parece volar sobre la colina", mientras bailan una danza provenzal. La versión definitiva de La danza (realizada al año siguiente, en 1910) presenta una viveza cromática muy superior a la de la primera versión.
La danza (segunda versión, 1910)
En 1910 realizó una amplia muestra individual en París, en la galería Bernheim-Jeune, y viajó con Marquet a Munich para visitar la exposición de arte islámico. En 1911 se trasladó a Moscú para instalar los paneles en casa de Schukin y conoció los iconos y las artes decorativas bizantinas, que pasarían a ser un elemento esencial en su repertorio estilístico. Es claro ejemplo de ello El estudio rojo, en el que destaca la simplicidad del colorido. La superficie del cuadro es mate y plana y representa el estudio del artista, esta vez sin el artista y sin modelo, solamente con cuadros y algunos otros objetos.
Poco después viajó a Marruecos con Camoin y Marquet; pasó en el Norte de África los veranos de 1911-12 y 1912-13. Del primer verano data Jardín marroquí, una composición casi abstracta de verdes y rosas. El estallido de la Primera Guerra Mundial provocó el traslado del pintor y su familia (se había casado en 1898 con Amélie Parayre, con quien tenía dos hijos) a Collioure, donde conoció a Juan Gris. En 1916 pasó el invierno en Niza por primera vez. La placidez y el lujo de la Costa Azul resultaron ser muy de su agrado y decidió pasar allí la mayor parte del tiempo. Comenzó así en su obra una etapa de intimismo, con interiores, desnudos, odaliscas y naturalezas muertas como temas predominantes.
Figura decorativa sobre un fondo ornamental (1926)
En 1925 realiza un nuevo viaje a Italia; su estilo se hace mas robusto, como muestra Figura decorativa sobre un fondo ornamental (1926), que es considerada la obra culminante de la preocupación de Matisse por el desnudo en un decorado oriental: la figura se presenta esquemática y monumental. Por esos años su prestigio y su éxito eran ya universales: en 1927 obtuvo el premio del Carnegie International de Pittsburg, vendió prácticamente todos los cuadros de su exposición en la Dudensing Gallery en Nueva York, y entre 1929 y 1933 se organizaron exposiciones retrospectivas de su obra en Berlín, Basilea, Nueva York y París. Data de estos años Odalisca con pantalones grises, donde retoma la temática orientalista fuera del lugar de origen, en el estudio de París.
En 1940, tras la derrota francesa, Matisse pensó en emigrar a Brasil, pero finalmente retornó a Niza; en 1941 sufrió una grave enfermedad intestinal; tras su recuperación, retomó el trabajo con renovadas fuerzas. En 1944 su mujer fue arrestada y su hija deportada; Matisse se volcó en su arte. Al finalizar la guerra, expuso con Picasso en el Victoria and Albert Museum de Londres; después presentó una gran retrospectiva en el Salón de Otoño de París. Entre 1948 y 1950 trabajó en la decoración de la Capilla del Rosario de Vence (donde residía desde 1944). Se publicó luego Jazz, una colección de reproducciones de los famosos papiers découpés (papeles recortados), acompañados de un texto poético del propio Matisse. La obra más ambiciosa hecha con papeles recortados es La piscina (1952), donde las figuras están distorsionadas para crear el efecto de hallarse bajo el agua.
En los últimos años de su vida, que pasó en Niza, los reconocimientos a su trabajo fueron incesantes: el Museo de Lucerna organiza su primera gran exposición antológica, con más de trescientas obras; recibe el premio de la Bienal de Venecia (1950); se inaugura una retrospectiva en el Museo Nacional de Tokio (1951) y en el Museo de Arte de San Francisco (1952), y se abre un museo dedicado a su obra en su ciudad natal. Murió el 3 de Noviembre de 1954 en Niza, a la edad de ochenta y cinco años.
Aunque Matisse sea conocido fundamentalmente como pintor, fue también un excelente escultor y dibujante. A lo largo de su dilatada carrera recibió las influencias de las sucesivas corrientes (Neoclasicismo, Realismo, Impresionismo y Neoimpresionismo), que supo transformar en un lenguaje moderno. Los maestros a los que más estudió fueron Poussin, Chardin, Watteau, Courbet, Manet y Cézanne. Su posición histórica como iniciador del Fauvismo no debe oscurecer sus logros personales al margen de un movimiento que, en realidad, duró poco y no tuvo programa. Su rival en magnitud e influencia fue Picasso, con quien mantuvo una distanciada relación de amistad y respeto durante muchos años. Los temas principales de su pintura fueron la naturaleza muerta, el paisaje, el desnudo femenino y su propio entorno (el estudio).