(Alessandro di Mariano Filipepi; Florencia, 1445 - id., 1510) Pintor italiano. Muy valorado en la actualidad, Sandro Botticelli no se cuenta entre los grandes innovadores del Renacimiento, sino que se inscribe más bien en un grupo de pintores que rehuyó el realismo a ultranza y se inclinó por un estilo basado en la delicadeza, la gracia y un cierto sentimentalismo. Uno de ellos fue Filippo Lippi, maestro e inspirador de la obra de Botticelli.
La trayectoria artística de Sandro Botticelli se inició con obras de temática religiosa, en particular con vírgenes que, como la Virgen del Rosal, denotan un gran vigor compositivo. En 1470, cuando contaba ya con un taller propio, se introdujo en el círculo de los Médicis, para los que realizó sus obras más famosas. Un primo de Lorenzo el Magnífico, Pier Francesco de Médicis, le encargó la alegoría de La primavera y también, al parecer, El nacimiento de Venus y Palas y el centauro.
El nacimiento de Venus (1485), de Botticelli
Realizar obras de gran formato ajenas a la temática religiosa fue toda una novedad en aquella época, y se debió seguramente a la vinculación de su mecenas con la filosofía neoplatónica, cuyo carácter simbólico debían reproducir las obras encargadas. De ellas se han realizado interpretaciones de enorme complejidad, que van mucho más allá de su gracia evocadora.
A la misma época corresponden también La adoración de los Reyes Magos y elDíptico de Judit, obras igualmente emblemáticas. El hecho de que, en 1481, fuera llamado a Roma para decorar al fresco la Capilla Sixtina (junto con otros tres grandes maestros) hace suponer que ya gozaba de un gran prestigio. A su regreso a Florencia realizó obras más solemnes y redundantes, como la Natividad mística, probablemente influido por la predicación tremendista de Savonarola. Se le deben también bellísimos dibujos para un manuscrito de la Divina Comedia de Dante.
Eclipsado por las grandes figuras del siglo XVI italiano (Leonardo, Miguel Ángel y Rafael), Botticelli permaneció ignorado durante siglos, hasta la recuperación de su figura y su obra a mediados del siglo XIX. Su estilo se perpetuó en cierto modo a través de los artistas formados en su taller, entre ellos el hijo de Filippo Lippi, Filippino Lippi.