12 de abril de 2014

La obra provocadora: Le Déjeuner sur L´herbe, de Manet.


Cuando Manet quiso presentar esta obra en el salón oficial de París de 1863, fue rechazada. Su contenido -una mujer desnuda entre dos hombres vestidos- provocó escándalo, pero tanto o más lo produjo su estilo pictórico, su modernidad (estamos en el momento inicial de la ruptura impresionista). Aunque la obra está claramente inspirada en "El concierto campestre" (Tiziano, 1508), el pintor decidió un tratamiento que poco tenía que ver con lo que hasta el momento se consideraba clásico y mucho menos todavía, si cabe, con el preciosismo de un Cabanel o un Gerome. La obra acabó expuesta -como otras muchas de las nuevas corrientes pictóricas- en el Salón des Refusés de ese mismo año (actualmente la podemos admirar en el Museo de Orsay). La wikipedia comenta con acierto:

"En 1863, Manet sorprendió al público francés al exponer su Déjeuner sur l'Herbe («Almuerzo sobre la hierba»). La idea del cuadro se le ocurrió durante una excursión a Argenteuil, a orillas del Sena. No es una pintura realista en el sentido social o político del término propio de un Daumier, sino que es una afirmación a favor de la libertad individual del artista. El escándalo que causaba una mujer desnuda desayunando despreocupadamente con dos hombres completamente vestidos - lo que ofendía a la moralidad de la época-, se acentuaba por el hecho de que las figuras eran reconocibles.

El cuadro representa un almuerzo en un bosque, cerca de Argenteuil, donde discurre el Sena. La mujer desnuda, la modelo de Manet, Victorine Meurent, cuyo cuerpo está crudamente iluminado, mira directamente al espectador. Está sentada sobre una tela azul, probablemente una parte de las ropas que se ha quitado. Los dos hombres son el hermano de Manet, Gustave y su futuro cuñado, el escultor holandés Ferdinand Leenhoff. Están vestidos como dandis. Los hombres parecen estar ocupados conversando, ignorando a la mujer. En frente de ellos, se muestran las ropas de la mujer, una cesta de frutas, y un pan redondo, como en un bodegón. En el fondo, una mujer ligeramente vestida vadea una corriente. Demasiado grande en comparación con las figuras del primer plano, ella parece flotar. La desproporción entre la mujer del fondo y la barca a la derecha se consideraba una impericia de parte del pintor: en realidad, los mórbidos contrastes cromáticos y la utilización de la perspectiva aérea en clave moderna inscriben esta obra entre las obras maestras del siglo XIX.

El fondo pintado toscamente carece de profundidad, dando al espectador la impresión de que la escena no tiene lugar en el exterior, sino en un estudio. Esta impresión se refuerza por el uso de una intensa luz «fotográfica», que casi no deja sombras: de hecho, la iluminación de la escena es inconsistente y nada natural. El hombre a la derecha luce un sombrero plano con una borla, de la clase que normalmente se usa en los interiores."

Una obra que causó un extraordinario impacto en su momento se ha convertido en la actualidad en algo tan integrado en el imaginario popular que resultaría difícil encontrar a alguien que sufriese escándalo por ella (alguno habrá claro, que para todo hay), aunque precisamente su popularidad la ha convertido en un icono que ha propiciado,desde sus inicios, mil y una versiones más o menos "provocadoras".

Adjunto la fuente de inspiración (El concierto campestre"), la variación de Tissot y las variaciones actuales desde Cesar Santos a creaciones de "colectivos".